Sesenta y seis países dieron en la Asamblea General de la ONU una histórica señal en contra de la discriminación por orientación sexual e identidad de género al respaldar la declaración impulsada por Francia donde se llama a derogar mundialmente toda sanción penal que afecte a las personas por la única razón de ser lesbianas, gays, bisexuales y transexuales.
Luego del escándalo originado por los representantes del Vaticano, sorprendió el silencio de su representante, pues aun cuando no es un miembro y actúa como observador permanente ante la ONU, su opinión logró movilizar la opinión mundial. A pesar de ello el debate sobre los derechos de los gays salió triunfante en Naciones Unidas. También extrañó a algunos la excusa dada por el representante de los Estados Unidos, quien argumentó que el sistema federal le impide tomar este tipo de compromisos.
El resultado final del debate ha sido el llamado de la ONU a despenalizar la homosexualidad en todo el mundo, un hecho de gran importancia, si recordamos que en más de 80 países existen actualmente leyes que la castigan, incluso con la pena de muerte (Arabia Saudí, Emiratos Árabes, Irán, Mauritania, Nigeria, Sudán y Yemen).
La declaración enmarca el tema de la diversidad sexual en los derechos humanos y resalta el temor de los países firmantes "por la violencia, acoso, discriminación, exclusión, estigmatización y prejuicio que se dirigen contra personas de todos los países del mundo por causa de su orientación sexual o identidad de género". Aun cuando no tiene estatus de tratado, es importante porque condena las violaciones a los derechos humanos por esta causa; urge a los Estados a tomar "las medidas necesarias, en particular las legislativas o administrativas", para "despenalizar la elección de la orientación sexual" y para que "no haya acciones penales ni detenciones por orientación sexual o identidad de género".
En este debate jugaron un rol importante Francia, país que promovió la iniciativa, y Argentina, que leyó el documento final y que apoyó con su posición política el impulso del documento. "No queremos imponer un tipo particular de modelo de sociedad, pero sí que nos pronunciemos en contra de la intolerancia", afirmó Rama Yade, viceministra francesa de Derechos Humanos. También cabe destacar la importante acción de ILGA -International Lesbian and Gay Association-, cuyo lobby movilizó opinión política positiva.
Entre las posiciones que llamaron la atención se destaca la del ministro de Exteriores de Holanda, Maxime Verhagen, quien al comentar sobre el hecho de que por primera vez se hable en la ONU sobre la discriminación por la orientación sexual, recalcó que ésta "dejó de ser un asunto tabú en Naciones Unidas", al aclarar que entre el 5 y el 10 por ciento de la población mundial es homosexual, dijo "Esto significa que a cientos de millones de personas se les violan sistemáticamente sus derechos humanos".
El documento que ha sido firmado por 66 países es el primer paso hacia la despenalización universal de la homosexualidad. Los países que dieron su voto positivo a la declaración fueron: Albania, Alemania, Andorra, Argentina, Armenia, Australia, Austria, Bélgica, Bolivia, Bosnia Herzegovina, Brasil, Bulgaria, Canadá, Cabo Verde, Republica Central de África, Chile, Colombia, Croacia, Cuba, Chipre, Republica Checa, Dinamarca, Ecuador, España, Estonia, Finlandia, Francia, Gabon, Georgia, Grecia, Guinea, Holanda, Hungría, Icelandia, Irlanda, Israel, Italia, Japón, Latvia, Liechtenstein, Lituania, Luxemburgo, Malta, Mauritania, México, Montenegro, Nepal, Nueva Zelanda, Nicaragua, Noruega , Paraguay, Polonia, Portugal, Reino Unido, Rumania, San Marino, San Tome y Príncipe, Serbia, Eslovaquia, Eslovenia, Suiza, Yugoslavia, Timor, Uruguay y Venezuela.
El embajador sirio Abdullah al-Hallaq, en nombre de 58 países islámicos, leyó una declaración en contra, en la que se afirma que la homosexualidad podría "conducir a la normalización social y probablemente la legitimación de muchos actos deplorables, como la pedofilia"; argumento manido que suelen usar quienes no logran entender que homosexualidad y pedofilia son dos temas diferentes.
AmbienteG
Luego del escándalo originado por los representantes del Vaticano, sorprendió el silencio de su representante, pues aun cuando no es un miembro y actúa como observador permanente ante la ONU, su opinión logró movilizar la opinión mundial. A pesar de ello el debate sobre los derechos de los gays salió triunfante en Naciones Unidas. También extrañó a algunos la excusa dada por el representante de los Estados Unidos, quien argumentó que el sistema federal le impide tomar este tipo de compromisos.
El resultado final del debate ha sido el llamado de la ONU a despenalizar la homosexualidad en todo el mundo, un hecho de gran importancia, si recordamos que en más de 80 países existen actualmente leyes que la castigan, incluso con la pena de muerte (Arabia Saudí, Emiratos Árabes, Irán, Mauritania, Nigeria, Sudán y Yemen).
La declaración enmarca el tema de la diversidad sexual en los derechos humanos y resalta el temor de los países firmantes "por la violencia, acoso, discriminación, exclusión, estigmatización y prejuicio que se dirigen contra personas de todos los países del mundo por causa de su orientación sexual o identidad de género". Aun cuando no tiene estatus de tratado, es importante porque condena las violaciones a los derechos humanos por esta causa; urge a los Estados a tomar "las medidas necesarias, en particular las legislativas o administrativas", para "despenalizar la elección de la orientación sexual" y para que "no haya acciones penales ni detenciones por orientación sexual o identidad de género".
En este debate jugaron un rol importante Francia, país que promovió la iniciativa, y Argentina, que leyó el documento final y que apoyó con su posición política el impulso del documento. "No queremos imponer un tipo particular de modelo de sociedad, pero sí que nos pronunciemos en contra de la intolerancia", afirmó Rama Yade, viceministra francesa de Derechos Humanos. También cabe destacar la importante acción de ILGA -International Lesbian and Gay Association-, cuyo lobby movilizó opinión política positiva.
Entre las posiciones que llamaron la atención se destaca la del ministro de Exteriores de Holanda, Maxime Verhagen, quien al comentar sobre el hecho de que por primera vez se hable en la ONU sobre la discriminación por la orientación sexual, recalcó que ésta "dejó de ser un asunto tabú en Naciones Unidas", al aclarar que entre el 5 y el 10 por ciento de la población mundial es homosexual, dijo "Esto significa que a cientos de millones de personas se les violan sistemáticamente sus derechos humanos".
El documento que ha sido firmado por 66 países es el primer paso hacia la despenalización universal de la homosexualidad. Los países que dieron su voto positivo a la declaración fueron: Albania, Alemania, Andorra, Argentina, Armenia, Australia, Austria, Bélgica, Bolivia, Bosnia Herzegovina, Brasil, Bulgaria, Canadá, Cabo Verde, Republica Central de África, Chile, Colombia, Croacia, Cuba, Chipre, Republica Checa, Dinamarca, Ecuador, España, Estonia, Finlandia, Francia, Gabon, Georgia, Grecia, Guinea, Holanda, Hungría, Icelandia, Irlanda, Israel, Italia, Japón, Latvia, Liechtenstein, Lituania, Luxemburgo, Malta, Mauritania, México, Montenegro, Nepal, Nueva Zelanda, Nicaragua, Noruega , Paraguay, Polonia, Portugal, Reino Unido, Rumania, San Marino, San Tome y Príncipe, Serbia, Eslovaquia, Eslovenia, Suiza, Yugoslavia, Timor, Uruguay y Venezuela.
El embajador sirio Abdullah al-Hallaq, en nombre de 58 países islámicos, leyó una declaración en contra, en la que se afirma que la homosexualidad podría "conducir a la normalización social y probablemente la legitimación de muchos actos deplorables, como la pedofilia"; argumento manido que suelen usar quienes no logran entender que homosexualidad y pedofilia son dos temas diferentes.
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