Está en boca de todos la crisis interna del PP. Si habrá un candidato alternativo a Rajoy, si no lo habrá, si lo habrá pero cuando estén más cerca las elecciones nacionales de 2012... En caso de continuar Rajoy al mando del PP, después de perder las elecciones por segunda vez consecutiva, parece ser que el PP tomará una posición más relajada.
Esto podría entenderse como algo positivo cara a los derechos LGTB ya conquistados, ya que sería moderado aceptar que los matrimonios homosexuales no sólo son legales, sino que se han celebrado ya por miles. Además, aceptar los derechos LGTB actuales no es contrario a políticas conservadores ni mucho menos políticas liberales. Lamentablemente, si es contrario a la doctrina católica, y el PP se declara en sus propios estatutos como un partido fiel al catolicismo, de manera que el PP no podría ser PP si no estuviera en contra.
Jugando con las palabras, repitiendo esos juegos de "no tengo nada en contra de los homosexuales, pero no entiendo por qué tienen que ser iguales" y "no tengo nada contra los homosexuales, a lo que me opongo es a la homosexualidad", y en ese esfuerzo que hace el PP últimamente por "parecer de centro", se ha decidido que en el próximo congeso del PP en Valencia se va a seguir la doctrina del partido de Ángela Merkel en Alemania (CDU), consistente en reconocer los derechos de las parejas gays, siempre y cuando no se llame matrimonio, ni tenga los mismos derechos que el matrimonio (por ejemplo, adopción). En realidad no supone ningún cambio sobre la política actual del PP, sino una postura oficial.
En esta medida ha tenido mucho que ver el trabajo del diputado democristiano Eugenio Nasarre, que ha presentado gran cantidad de iniciativas para el congreso del PP que rechazan cualquier forma familiar que no esté basada en la unión de un hombre y una mujer.
Esto podría entenderse como algo positivo cara a los derechos LGTB ya conquistados, ya que sería moderado aceptar que los matrimonios homosexuales no sólo son legales, sino que se han celebrado ya por miles. Además, aceptar los derechos LGTB actuales no es contrario a políticas conservadores ni mucho menos políticas liberales. Lamentablemente, si es contrario a la doctrina católica, y el PP se declara en sus propios estatutos como un partido fiel al catolicismo, de manera que el PP no podría ser PP si no estuviera en contra.
Jugando con las palabras, repitiendo esos juegos de "no tengo nada en contra de los homosexuales, pero no entiendo por qué tienen que ser iguales" y "no tengo nada contra los homosexuales, a lo que me opongo es a la homosexualidad", y en ese esfuerzo que hace el PP últimamente por "parecer de centro", se ha decidido que en el próximo congeso del PP en Valencia se va a seguir la doctrina del partido de Ángela Merkel en Alemania (CDU), consistente en reconocer los derechos de las parejas gays, siempre y cuando no se llame matrimonio, ni tenga los mismos derechos que el matrimonio (por ejemplo, adopción). En realidad no supone ningún cambio sobre la política actual del PP, sino una postura oficial.
En esta medida ha tenido mucho que ver el trabajo del diputado democristiano Eugenio Nasarre, que ha presentado gran cantidad de iniciativas para el congreso del PP que rechazan cualquier forma familiar que no esté basada en la unión de un hombre y una mujer.