La historia se sitúa en una escuela cristiana luterana, situada en Wildomar, California. Hace unos días, la institución decidió expulsar a dos alumnas por su orientación sexual; El argumento fue claro, como es una organización privada tiene el derecho de decidir quienes la integran y quienes no. Algo así como la famosa frase que reza: "la casa se reserva el derecho de admisión".

La decisión fue apoyada por la justicia del estado, mas precisamente por el cuarto distrito de la Corte de Apelaciones, quienes vieron de buena manera la posición de la escuela, y argumentaron su fallo, diciendo que no es lo mismo una institución educativa que un negocio y no se le pueden aplicar las mismas leyes.

Para muestra hace falta un botón

Hace cuatro años, una chica de catorce años fue expulsada de una escuela cristiana de Ontario, a causa de que su familia estaba conformada por dos madres lesbianas.

El propio superintendente Leonard Stob -algo así como el rector de la escuela- escribió una nota a Tina Clark, la madre biológica de la chica en cuestión, argumentando que las políticas de su institución, requerían que al menos "uno de los padres no estuviera involucrado en prácticas inmorales o inconsistentes con un positivo estilo de vida cristiano, entre esas prácticas estaban consideradas permanecer en una relación no matrimonial o en una relación homosexual".

Otra muestra más, de lo que afirmamos semana tras semana en AG Magazine: La inquisión religiosa, esta entre nosotros y nosotras.

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